sábado, 22 de octubre de 2005

El tiempo lo pone todo en su sitio...

Cuando aproximadamente en 1980 se contruyó el edificio en el cual tengo mi casa, al final de la calle, en la periferia de la ciudad y encima en cuesta y cerca del monte, muchos pensarian que es un lugar alejado y aciago para vivir; desplazado y remoto, aburrido incluso. Más tarde, en 1990 más o menos se alargó la calle y se le hizo una salida a la autovía cercana que va hacia la costa. También justo al lado se construyó una pista para jugar al futbol o al baloncesto.Al otro lado de la calle de hizo un parque. Luego justo al lado de mi casa un centro de alimentos en cuyos bajos se construyeron aparcamientos. En conclusión, el remoto par de bloques que componen mi urbanización termino siendo un sitio tranquilo, pero asequible y comodo para vivir. Esas personas que pensaron que este sitio era una asco, y lo rechazaron como hogar, ahora se habrán dado cuenta que es un sitio ideal.
Saco de toda esta reflexión, un tanto extremista, que aveces pecamos de valorar las cosas, teniendo solo la primera impresión.
Hay gente que dice que el tiempo lo pone todo en su sitio... confían plenamete en esa justicia universal y la utilizan como asidero; pues bien, yo siento que esas personas que subestiman son finalmente castigados con el "tiempo".
Que nadie se lo tome como nada personal, pero os pido que lo extrapoleis: en vez de edificios, personas... ¿Nunca habeis subertimado a alguien que después ha resultado tener mucho más exito que vosotros?

4 comentarios:

Rosituti dijo...

Teneis razón los dos, cada uno en una cosa: alguien que se niega a esperar cosas de la vida y de los demás, no puede esperar sin embargo que el tiempo de a cada cual lo que le corresponde.Somos nosotros mismos lo que debemos colocarnos y juzgarnos.
Pero que conste que yo no creo que en tiempo, ni en la justicia universal o en algo de ese estilo, pero aveces siento que realmente existe.

senda de luz dijo...

interesante reflexión, me gustó tu punto de vista y la forma positiva de ver las cosas

saludos

Unknown dijo...

Así es Guiomar. Tenemos actitudes poco reflexivas, apresuradas, que nos llevan a meter la pata y tratar injustamente a nuestros semejantes.
La capacidad de escuchar y observar tranquilamente se aprende con el tiempo. Mis hijos pequeños lo quieren todo ya, y primero pegan y luego preguntan. Como consecuencia, sus vidas son una lucha y guerra permanentes, en la que unos hermanos tratan de utilizar a los otros.
Eso mismo veo que ocurre con personas de 40 años en mi trabajo. !Toda una señal de aprendizaje y evolución, je, je¡
El porcentaje de personas mesuradas es pequeño. Todavía no sabemos valorar las pequeñas cosas de la vida.
Cuestión de tiempo, ¿no?

Rosituti dijo...

tiempo, paciencia, reflexión: sabiduría...