martes, 20 de septiembre de 2005

La moto

Cuando paso por su lado hacia algún sitio y la veo aparcada le acaricio la carcasa roja, e incluso, cuando veo que nadie pueda oirme, le llamo "guapa" y "cariño cómo estás"; pero lo cierto es que tener moto no es para tanto. Yo tenía una imagen idealizada de lo que podía ser. Hago más cosas voy a los sitios más rápido e incluso puedo ir a sitios a los que antes no podía, y eso, bueno, está genial, pero no dejo de sentirme mal por algunas cosas. Me refiero a que la moto gasta gasolina, que se saca del petróleo, el producto por el cual se están haciendo tantas cosas horribles. La moto hace mucho ruido, eso es contaminación acústica. La moto contamina, echa humo feo por el tubo escape...
Yo que siempre me estoy quejando por que la gente ensucie o contamine, he terminado cayendo en la misma injusticia contra el planeta. Quizás suene un poco extremista, pero después de mucho mucho pensar por qué no me termina de llenar la moto he llegado a esa conclusión: se crea en mi una disensión ideológica; y antes de que me lo diga alguien, me doy cuenta yo sola, que siempre es preferible.
Recuerdo cuando empecé a ir e bici, me sentí independiente y orgullosa por que nadie me tuviera que llevarme ni traerme al instituto. Además me sentía buena gente, por que ir en bici es de gente deportista, considerada con el medio ambiente, "perita"... buena gente; parece una tontería, pero yo me sentí así. Además a la gente en general ir en bici le parecía cutre, y como me gusta llevar la contraria, cuando percibí eso mejor me sentí encima de mi bici por las mañanas.
Ahora con la moto no me siento así ni mucho menos.

Sí al carril bici en Málaga!!!

1 comentario:

Ixchel dijo...

uy!... yo nunca he tenido una moto, y andar en bici en la ciudad de México, es casi imposible y peligroso... vi en las noticias que en Madrid quieren implementar su uso y me parece genial!... yo cuando puedo ando en ella, y a veces hasta me siento como Amélie...
saludos!