lunes, 12 de septiembre de 2005

Qué generosidad!

Me han concedido un crédito sin nisiquiera haberlo pedido. No diré la cantidad pues eso sería peligroso para mi misma, pero si diré que me ha sorprendido bastante. Te venía en tres hojas todo muy bien explicado "solo rellenar los espacios en azul", casi apto para bebes, pero cual fue mi segunda sorpresa cuando por detrás vi millones de letras dimitunas baje el título "condiciones generales". Ahí la carta me robó la primera carcajada del día.
No necesito especialmente dinero para nada, bueno en realidad debo algo por haber intervenido en romper un radiocassette. Pero bueno, eso lo arreglaré sin pedir un préstamo a un banco.
No he parado de imaginarme como un señor llega de trabajar y abre una carta igual. Mientras la lee se da cuenta de todas las cosas que no tiene y podría tener tras pedir ese crédito. Termina de leer la carta y empieza a pensar en escusas para salir antes de su trabajo... Mañana pedirá un crédito.
He sentido más que nunca el poder del dinero; me refiero a la capacidad que tiene de absorver y complicar la vida. El dinero te hace caprichoso e irresponsable. El capitalismo te saca a relucir la avaricia y la inmadurez; cuando se juntaron los dos se crearon ideas que se tradujeron en cartas como con la que hoy me he tropezado en mi buzón.
Ojalá nadie caiga en la trampa cuando encuentre una carta igual con su nombre, ojalá todas se pierdan por que se equivoque el cartero.
Si alguien necesita dinero que se lo pida a un amigo o un familiar, y si nadie de confianza se lo puede prestar pues que lo ahorre. En última instancia que se lo pida a un banco, pero de todas formas yo nunca compraría algo si no tuviera el dinero. Ojalá nunca tenga que firmar una sola letra. Suficientes obligaciones y compromisos tendré con los demás en mi vida, como para tenerlos también con el banco.

1 comentario:

Mariah dijo...

Cartas tentadoras que seguro no traen nada bueno, pero seguro que mucha cae porque cuando hay dinero de por medio se nublan las ideas y se piensa con la cartera.
Besotes Rosilla!